Ricardo Torres P

La Pareja Rioplatense

LA PAREJA RIOPLATENSE
 
Cierta tarde de viernes, tomé un bus con intenciones de ir al norte de la ciudad y no terminaba de ingresar cuando me llamó la atención una joven mujer que sentada cercana al conductor en la parte donde algunos automotores presentan una cubierta, que al ser desplazada, da acceso a la parte más importante del chasis desde el interior de la carrocería, pero bueno ella estaba tocando un instrumento de percusión, un tambor con membrana de piel, similar al que con tanta sutileza tocaba Mercedes "la Negra" Sosa, un ícono de la música latinoamericana, protesta, folklor, cuya interpretación era acompañada con su hermosa e inigualable voz, pero dicha joven tendría algo más en común con La Negra Sosa aparte del tambor, también su nacionalidad ya que posteriormente me daría cuenta que provenía del hermano país Gaucho y del Río de la Plata. Ya por completo en el bus, noté que ella no estaba sola, era acompañada por un joven igualmente argentino, que armado en cambio con una guitarra se encontraba interpretando junto con ella, en la percusión, música tradicional de su país, entre Tanguitos y Milongas, y también otras canciones latinoamericanas. En vista de que todos los asientos estaban ocupados, decidí trasladarme hacia la parte posterior del bus, pasando justo por de lado del jóven que entonaba la guitarra quien se encontraba parado en medio del corredor del bus, pero sin obstruir el acceso de otros pasajeros. Una vez situado en la parte cercana a la puerta de salida pero apoyado hacia una ventana, cómodamente por así decirlo, me dispuse a prestar atención a dicha pareja de artistas foráneos, ya que me agradaba como interpretaban una poco conocida Milonga, muy rítmica. Al terminar dicha canción antes de dar paso a la siguiente de su repertorio, dieron una introducción y apertura! con una historia en la cual se basaba la canción. Era la chica quien la contaba y mientras lo hacía daba pequeños golpecitos rítmicos al tambor, sonidos similares a los de un reloj, como retrocediendo el tiempo y llevándonos al lugar y época de la historia. Él mientras tanto, la acompañaba con dulces acordes de guitarra, los de la canción que seguiría a la historia. La canción, de origen colombiano como lo aclararon antes de empezar, se trataba de un pequeño niño de raza negra, de origen humilde quien estaba al cuidado de una vecina y amiga de su madre, y precisamente su madre, quien no podía tomar cuidado de él, le pedía a su colindante que velara por su pequeño, debido  a que ella tenía día a día que ir a la dura faena para llevar a su hogar un insuficiente jornal. Puesto a que yo me encontraba del otro lado del bus y lejano a la chica que narraba la historia, la escuchaba con dificultad pero con mucha atención. Volviendo al relato, había varios días en que la madre no volvía por su niño y él la extrañaba demasiado, la vecina quien lo cuidaba, mujer dulce y noble de corazón sospechaba lo peor sobre la madre del niño, quien en verdad había tenido un accidente en el campo que le arrebató la vida sin oportunidad de despedirse de su hijo. Pero el pequeño negrito lo ignoraba y cada noche lloraba preguntando por su madre y por el hambre que lo apremiaba pues la vecina también era de escasos recursos y tenía sus propias bocas que alimentar. Para calmar al negrito ella lo arrullaba dulcemente como si fuera uno de sus hijos y lo ayudaba a dormirse con una tierna canción la cual era la que interpretarían los artistas gauchos. "Duerme ya negrito" era el nombre de dicha tonada, dulce y muy emotiva....
Cuando una vez terminada la interpretación, se querían despedir del público en el transporte urbano dando vida a un Tango de Gardel, interpretado de gran manera por la buena voz con la que contaba el jóven argentino entonando la guitarra, en tanto que su compañera iba recolectando de los pasajeros la colaboración y voluntad para los artistas. Me agradó mucho lo que hicieron, así que fui generoso cuando ella se acercó con una bolsita donde se depositaban las monedas resultado de sus interpretaciones. Lo que sucedió al final es el objetivo de este relato y que considero que vale la pena resaltar entre las cosas que pasé en esa tarde. Fueron pocas las personas que les colaboraron o que incluso regalaban un aplauso terminadas las canciones, entre las que me incluía  porque realmente me gustó, por lo que viendo lo poco que recolectaron pensé que eso y lo que con fortuna recolecten en otros buses, les ayudaría tan sólo para llegar al final del día. Un no gran estilo de vida pensé, pero lo que sucedió después es lo que me hizo reflexionar. Terminada la recolección por parte de la chica, ella bonita como típica "mina" argentina, se acercaba lentamente a  él, quien seguía tocando hasta que el bus se estacione en la próxima parada y poder descender.
A medida que ella se acercaba, lo acompañaba cantando la linda letra del tango y en ese instante sus miradas se cruzaron, ella lo miraba fijamente a él y él a ella, se cantaban el uno al otro, se dedicaban dicha canción, se veía el gran cariño que se tenían en sus ojos, ambos con una gran y hermosa sonrisa y hermosa sobretodo porque era sincera. Se miraban, como si el resto del mundo no existiera, ella diciéndole con su mirada: " Estoy contigo en la buenas y en las malas, si nos va bien o mal estoy contigo, nada más importa mientras vaya contigo, sólo es necesario mi tambor y tu guitarra, no me importa el estilo de vida que lleve, tenga mucho o poco, sólo es necesario que estés conmigo, respondiendo él lo mismo con su mirada. Al descender se despidieron educada y afectivamente de aquellos extraños que se transportaban al norte de la ciudad, casi como si se despidieran de amigos, deseando una buena tarde y que les vaya muy bien, y lo repitieron varias veces, animando la fría tarde de la capital con su sencillez y carisma.....Se bajaron, yo encantado por la escena de humildad que acababa de observar, sólo me arrepentía de no llevar conmigo una buena cámara que hubiera sido perfecta para captar esas miradas y sonrisas sinceras; los veía por la ventana posterior abrazados, ambos con un verso de Gardel en los labios, y con su otra mano ocupada, ella con su tambor y él con su guitarra...........
 
 

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Published on e-Stories.org on 12/16/2015.

 
 

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