Preciosas rosas
Aroma, que fortalece
A los débiles
Y muestra el camino
A los ciegos
Álgidas espínas
Que hienden la carne
Enfriando el amor
Rosas activadas por el sol
Que mañana serán quemadas
Deportado rey del cielo
Porque Zeus así lo ordenó
Poderoso desierto
Que deja morir de sed
Al bravo
Que quema la planta
Cuyo néctar quería beber
El mundo
Para curarse
Tu arena
Sólo visible para el alma
Asfixia el respiro
Que da vida
Pesados pasos
En el campo de batalla
Que pisan sobre los cadáveres
Para mirar su obra
Celebrando su victoria
Galardones en el pecho
Que suenan como campanillas
Que los liberaron de su poder
Que no querían
Pero lo percibían
Con las manos abiertas
¿Qué sentido
Tenía la manzana
Que comías...?
Tu saber,
Te dejó ver las faltas
Te birló
Del paraíso
En que fuiste feliz
Pero la manzana fue rica
Y la culebra es lista y viva...
Regina Sedelke