Jaime Guadarrama Morales

¡ NADIE ME CREERA !


 
4 de octubre de 2004.
 
¡ NADIE ME CREERA !
 
 
Me llamo Joram y vivo en el Altiplano Mexicano, en la parte norte de la ciudad de Aguascalientes. Debo decir que mi vecino de la casa de atrás tiene hábitos un tanto cuanto raros, la noche del viernes 1° de octubre del año 2004 para amanecer día 2, a las tres de la mañana prendió su luz de su jardín trasero, misma que alumbró la habitación en la cual dormía, esa iluminación me hizo despertar, a mi lado dormía plácidamente mi esposa, ella no lo notó. En el silencio de la noche escuchaba un ¡GRGRGRGRG!¡MMMMM!, ello me causo extrañeza y por eso me levante averiguar que hacía ese ruido.
Abrí un poco las cortinas de la ventana y lo que vi me dejó helado, una Mantis Religiosa de un cuerpo de 2 m., tenía con sus patas atrapado contra las ramas del nogal de mi vecino, a un hombre joven desnudo, una pata la había metido en la boca de su presa, misma que la llenaba toda y por ello su presa no emitía casi sonido alguno; eso era el ¡GRGRGRMMM!, que yo había escuchado.
El hombre estaba inerme ante la fuerza brutal del enorme insecto, tenía una mirada perdida en la nada, lo que denotaba su conmoción. La amantita con su terrible mandíbula arrancó un pedazo de su muslo izquierdo; y empezó a engullirlo con voraz hambre; al hombre el dolor lo hizo convulsionarse.
En ese momento yo despertaba de mi estupor; al acabar el bocado levanto su cabeza el gran insecto e iba a clavar las pinzas de su mandíbula en el pecho del hombre sometido a su salvaje naturaleza, cuando la víctima me vió y es posible que la mantis sintiera mi presencia, sus antenas vibraron, soltó a su presa y saltó a las bardas que separaban los jardines traseros de ambas casas, el hombre al caer del nogal al césped tomó un extraño artefacto en forma de mochila.
La amantita por medio de sus sensores y mi termografía me tenía descubierto, se lanzó a las protecciones de mi ventana, yo cerré la cortina, pero... ¿ y mi familia, qué iba a ser de ellos ?, estaba en esa reflexión cuando abrí nuevamente la cortina y pude ver al terrible insecto en toda su majestuosidad, como apoyaba las pinzas de su mandíbula sobre los hierros de las protecciones para arrancarlas y tomarme como su nueva presa; con sus patas comenzó a tratar de doblar las protecciones de fierro y con su mandíbula comenzó a jalar.
Fue entonces que el hombre que había sido su víctima momentos antes, estaba parado sobre los cantos de las bardas que separaban ambas casas, y le apuntaba con una arma extraña a la parte trasera del cuerpo del enorme insecto; la mantis al notar que yo volteaba a ver algo o a alguien, giro su cabeza, entonces éste disparó como un dardo lumínico silencioso, que entró en el cuerpo de la voraz amantita, y pude ser testigo como se iba desbaratando volviéndose aire, se estaba desmolecularizando, todo era tan rápido que, en los ojos del artrópodo se apreciaba el dolor de su misma muerte, ya que se desmolecularizaba de atrás hacía adelante.
El hombre en ese momento cayó al césped del jardín trasero de mi casa, la Mantis había dejado de existir, desapareció. En un santiamén sin hacer ruido ni pensarlo bajé a auxiliar a la víctima, no sabía qué era todo esto, estaba muy confundido. Llegué a él y yacía privado, fui por un baso con agua y la puse en su boca, le limpie la cara he hice a un lado una mochila mediana tipo militar, en la cual portaba sus raros artefactos. Logré hacer que despertará; me preguntó con voz extraña que si estaba bien, le dije que sí, y ud.; no, no, no lo estoy; déjeme ayudarlo le dije. Entonces me dijo aparte del daño en mi pierna izquierda, creó que tengo 2 ó más costillas rotas en mi costado derecho.
En mi confusión algo me decía que esta extraña situación no estaba bien, ¿ cómo lo ayudo ? pregunté nuevamente, abra mi bartulo y tome uno como destornillador que tiene cabeza esférica, así lo hice, ¡ y bien ! ¿ que más hago ?, préndalo, ¿ cómo ?, con un giro sobre la base central; lo encendí y me dijo, pase la esfera varias veces sobre mi muslo desgarrado, es un instrumento reconstructor biológico de rayos Gama. Me quedé asombrado al ver como se reconstruía su muslo totalmente y la sangre que había sobre nosotros desaparecía. ¿ Qué más hago ? en ese momento la luz se apagó y ¿ ahora qué ? dije; él contestó, no se preocupe esa luz se enciende por sistema censor de ruido, y como ya no lo hay se ha apagado, los que viven ahí no están.
Abrimos la mochila y sacó una larga aguja fina y delgada y cual acupuntura, la introdujo en su costado derecho en el área de sus costillas fracturadas y la quebró, dejando un pedazo adentro de él; dijo: esto me quitará el dolor.
Lo ayudé a levantar, abrió nuevamente la mochila y extrajo un cinturón, se lo puso en la cintura y al cerrarlo, se fue formando primero una urdimbre y luego una criba sobre su cuerpo, que lo dejó vestido, posteriormente guardó en su bartulo todas sus pertenencias. Lo invité a pasar a la casa, le ofrecí más agua, de la cual bebió con avidez más de 2 litros, él me dijo es por la reconstrucción corporal, de hecho me siento débil, pues mis reservas de proteínas, calorías y minerales, las he consumido para reconstruir el daño de mi pierna. Me dijo entonces, espere, salió al patio de atrás y con una linterna que emitió una luz verdosa limpió rápidamente la sangre que había perdido, en ambas casas.
Regresó y me dijo, le debo la vida, todo había sido tan rápido que hasta ese momento, con la luz eléctrica pude verlo bien y me di cuenta que era extrañamente humano; pregunté ¿ qué fue todo esto ?, él me contestó, ¿ qué nivel académico tiene ?, soy universitario; entonces escuche, soy controlador de plagas.
Lo vi nuevamente y le dije de donde viene, me dijo de las Pléyades, tengo por misión defender a la especie humana de una pequeña parte de la Vía Láctea; entonces habemos más humanos en el universo; ¡ sí, así es !, con diferentes grados de evolución y a los pueblos primitivos nosotros los cuidamos, aunque aveces fallamos, ¿ cómo ? interrogué; ud. ha escuchado alguna vez que tal persona se le vió por última vez en tal parte y no se supo más de ella, sí, sí, claro; pues sucede que un depredador de humanos lo capturó y mató. Están programados biológicamente para casi no dejar evidencia de sus víctimas, nosotros evitamos que estos voraces depredadores se propaguen o peor aun, que se lleguen a volver una plaga.
A la Mantiz la venía persiguiendo desde las montañas de su cordillera occidental; cerca de aquí comenzamos a luchar y me logró atrapar sobre el árbol a donde ud. me vió inerme, el ruido activo los sensores de la luz artificial de allí y descontroló un tanto al artrópodo; sin embargo, me despojó de mis artefactos y ello me dejó desnudo, con gran saña golpeó mi costado derecho y quedé a su merced, luego metió su repugnante pata en mi boca y con gran maestría me asió todo el cuerpo contra sí y contra una de las gruesas ramas del nogal, para matarme y comerme poco a poco.
Al asomarse ud., la mantis me acababa de arrancar un pedazo de muslo el cual tragó rápidamente y cuando me iba a enterrar sus enormes pinzas en mi pecho, lo vi a ud., el artrópodo se confundió y entre que me dio por medio muerto, o lo consideró a usted una amenaza mayor, me soltó y caí al césped, y se dispuso a atraparlo para matarle, luego seguirían los suyos. En ese momento me incorporé, tomé mis pertrechos, trepé al árbol, de allí a las bardas y lo demás ya lo sabe; ¡ Bueno debo irme !.
¿ A donde ? pregunté, a mi cuartel a informar y a que me curen. Prendió nuevamente la lámpara, pero esta vez emitió una luz rojiza y dijo esto desinfectará al 100 % su casa de mis parásitos, allá afuera he hecho lo propio. Salimos al jardín trasero y le dije, ¿ volveré a verlo ?, me contestó, lo dudo; pero entonces que hago; fríamente me dijo cuéntelo, ¡ nadie me creerá !. Entonces aparecieron tres anillos de luz de diferentes colores, cual giroscopios alrededor de su cuerpo y me dijo ¡ pues escríbalo !, y desapareció.

Al llegar a mi cama, nada había cambiado, excepto yo.
 
 
Elaborado por: Lic. Jaime Guadarrama Morales./ jgmmcmlix@hotmail.com

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Published on e-Stories.org on 07/20/2005.

 
 

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