… al sonido o eco de luz, el amor susurra, cura y limpia;
por los arrozales extiende su semilla verde, el canto verde,
y, el corazón, love y escucha;
y en las praderas, junto a los orbes del maíz y el manzano,
surge y brilla el sublime coro de devas y duendes, de elfos, de hadas y de gnomos …
ah los constructores del mundo, ah, ah los servidores cuánticos del Cristo;
... desde las peñas, desde los manantiales,
luz líquida y de vida, salta y fluye cual torrente, vibra y chispea ante los ojos,
crea y prende un fuego, y, dulcemente, y, poco a poco,
entre jubilos en antifonas,
zie apaga;
… ay, pues, los solsticios vibrando entre lumbres de junio y el resplandor de diciembre,
ay las fiestas de la luz,
ay, William Shakespeare trascendiéndose en "El sueño de una noche de verano", ay,
y ay esas noches sibilas, sutiles en etéricas del alma,
mágicas y transparentes, reconfortantes y exquisitas, hondas y divinas.
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Antonio Justel Rodriguez
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