DIVERTIMENTO
FINCOLA- PERNELLE.
Participación de El
principito.
Canal #poesia.
Irc-hispano.org
Pernelle: Las esquirlas desgarran el oro de mi pecho
Fincola: y poco a poco van dejando
huellas de espinas
Pernelle: y en lugar de huir espero,
sangrando, que me llames
Fincola: y que me digas que aquellas llamas
fueron ilusión
Pernelle: y ni abrasada en ellas aprendo a
terminar la historia,
Fincola: la historia que una noche eterna
nos unió.
Pernelle: Retengo en mis pupilas aquel
precioso pálpito.
Fincola: ¿Son las sombras decrépitas de
mi fantasía
Pernelle: o la luz que descubre el tiempo de
tus días?
Fincola: ¿Son los verdes, azules y rosas de aquel
paisaje
Pernelle aroma de tus letras, de tu mirar
encajes?
Fincola: La respuesta debe estar en una
lengua arcaica y extranjera
Pernelle: o en la realidad que mi corazón
ciega.
Fincola: El viento huracanado desgarra la
plata de mis manos
Pernelle: y las brisas de mi alba curan las
llagas de tus callos.
Fincola: Deja que te toque, simplemente
una gota.
Pernelle: No puedo es imposible. Si sobre mí
cayera
Fincola: el peso del universo, tal vez
pudiera acercarme
Pernelle: y no podrías nunca de mi fin
liberarte.
Pernelle: Mi cálculo esta noche sale negativo.
Fincola: pretendía que me amaras esta
noche
Elprincipito: y en un coche, se nubla, la realidad en la que
vivo.
Pernelle Ruffini ignora números que la vida me otorga.
Fincola: ¿Que ecuación que la razón no resuelve
Elprincipito vuelve a presentarme sentimientos al cubo?
Pernelle: Cristales rojos son mi corazón marchito.
Fincola: Y el azar, tal vez esté
escrito
Elprincipito: como escrito está, en el día, el Sol
maldito.
Pernelle tu música
rompió el rubí de mi pecho
Fincola y
salieron ardiendo los que habitan mi aliento
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Pernelle : Mi cálculo esta noche sale
negativo.
Fincola: Pretendía que me amaras esta noche
Pernelle: mas tu música rompió el rubí de
mi pecho.
Fincola: El reloj que daba las horas esta hueco.
Pernelle: Ruffini ignora números que la vida
me otorga.
Fincola: Podría calcular la distancia
exacta de tu boca
Pernelle: hacia besos lejanos llevados por
las olas.
Fincola: No, no quiero abrazar la
soledad de la luna…
Pernelle: pero deja que ella te arrulle con
mis horas.
Fincola: Caen las hojas al viento como
cae mi esperanza
Pernelle: como agua de rocío revitalizo tu
alma;
la boira de mis versos se
extiende plana y llana
en una verde alfombra que alumbra
tu alborada.
No quiero más pesares en tu luna
lejana.
No morirán tus versos en la llama
del alma.
La oquedad del reloj es el tiempo
que guardas
para el pronto disfrute de unas
manos livianas.
Fincola: Pero queda un jazmín en la
montaña mas alta
que alcanzaré con sudor si me
prestas tu pañuelo
que llevaré colgado al cuello
como indicio
de que algún dia quisiste este
pobre por amuleto
que te pide con humildad un
fugitivo beso
Pernelle: Las sedas de mis labios engalanan
tu cuello.
En ocre, azul y verde protegen con
denuedo
esa flor blanca y sola que tu espíritu
encuentra
en el monte más alto o en la
humilde meseta.
Hace tiempo que guardo oculto
cual tesoro
un recuerdo muy tuyo en mi celda
de oro:
aquel momento mágico de triste
luz de luna
que lloraste y me trajo el aire
con fortuna
una lágrima tuya que rozó rostro
y palma.
La lluvia me la dio y en custodia
se guarda.
Fincola; Déjame recorrer con mis manos
vagabundas
tu rostro blanco y
lechoso como la luna.
el tiempo lo debió inventar un
dios bondadoso
para que algún dia alcanzara yo
tu torso.
Mas no esperes que lleguen las
palabras;
mis rodillas sobre el suelo
poso ancladas
pidiéndote clemencia
que tengas algo de paciencia
porque antes que mis palabras
llegaran
a tus oídos mis anhelos en
formas de algas
y no presumas de que te quiero
porque soy como un pobre perro
que ama cuanto es bello y
profundo
como son tus ojos cuando con
los míos los alumbro
Pernelle: De antemano sabia que era
juego perdido
el amarte y querer que un dia
fueras mio.
Vivir con ilusiones y el alma
desgarrada
despierta cada dia mi tímida
mañana.
No quiero que te esmeres por
tenerme contenta
porque amor cada noche pasea por
tu puerta
con trajes y peinados y con
pieles muy nuevas
de distintos colores y
tersuras diversas.
No, no temas que no te exijo
nada,
y entiendo que defiendas tu tímida
posada
de caballero andante o de juez
reposado
y la tranquilidad de tu otoño
dorado.
No puedo presumir de aquello que
no tengo.
Pero sí puedo darte un candil
en tu historia:
y cuando necesites en tímidas
nostalgias
o en tormentas inmundas la
luz de una esperanza
tu vista alza hacia el fondo
del inmenso universo
porque allí, muy remota, yo
te sigo queriendo...
Y seré fiel escudo de tus
fieras lanzadas...
tu sangre ya acostumbra a
limpiarse en mi falda.
Después adiós, hasta otra, un
dia volverás
Las rosas de mi historia tu
paso esperarán.
Fincola: No te pido que me ames, te
pido que ames
y que el universo chorree
como fuente.
Eres canal por donde pasa la
divina corriente
los ángeles, las rosas, los esqueletos
la muerte no me pertenece,
pero sabes
que si soy dueño de mi vida
y si me lo permites
seré estrella que guíe tu camino
multicolor.
Debes tener en tus manos un jazmín
inspirador
porque cuando tomas el verbo
mi sangre llora.
Pernelle: ¿Me pides que yo ame? Tus
versos son mi vida.
Tus palabras escritas la
fuente donde bebo.
Tu rostro es esa luna donde
tú te refugias
y donde yo, en la noche,
encuentro tu reflejo.
Tus manos sobre el mar envían tu
nostalgia
y así en misma orilla
recojo tu añoranza.
El aire, cada dia, pasea
por tu piel,
recoge de tus rizos, de tu
mirar, la espuma
y alienta mis pulmones, mi
risa y mi frescura.
Da igual que en tus
palabras el odio se recoja,
que el desprecio pasee por
tu mirada hosca.
En mí el desprecio choca y
encuentra bienestar
y transporta a tu lado
total seguridad.
Tu odio es un lamento de
soledad obligada
que el crepúsculo arropa
con mi amor en tu cama.
fincola; ¿Me dices que yo odio? Tú
eres mi herida
la sal de mar no la
cicatriza;
tal vez un verso tuyo
pueda ser anestesia
y el tiempo a tu lado me
cure, tal vez
tal vez, no tenga remedio
este pesar, esta angustia
pero seguro que tu comprenderás
que el amor no es algo
tan fácil como un cálculo.
Te frustras por el olvido
de un tal Ruffini
pero si él te oyera
recitar, cambiaría
las ecuaciones por
versos, haría poesía,
la música que igualara
tus cantos,
cantos de sirena que
vuelcan las estrellas
para vaciarles los bolsillos y encontrar
su arcano escondido que
robaron al mar,
una simple y llana de tus
palabras rimando
con los rubíes que pintas
en la madrugada
Pernelle: Cada dia me pesa como un
saco en mi espalda.
Cada ausencia de ti es una
llama amarga.
Cada noche sin vida, cada
alba sin norte,
mi llanto a cada estrella,
su blanca luz corrompe.
Pero yo no deseo que el
amor que te guardo
convierta al desamor en
alimento amargo.
y así cada alborada sin dirección ni guía
trae canto de los pájaros
y muy dulces sonrisas.
El dia que despierta y que
con peso pasa
lleva mi sacrificio y mi entrega
temprana
a quien de mí precise
escucha, o voz muy cálida.
Si la noche está muerta
porque a mi lado faltas
tu ausencia en otras
luces, se hace más liviana:
en luces de neón, de
filósofas cartas
o en luces de la música
que tu recuerdo guarda.
En cuanto a las estrellas
que su color regalan,
que mi llanto con miedo o
con amarga gana
intentan solapar y
resguardar con calma,
regalo mis caricias y energías
vitales
de arcanas esperanzas y
esotéricos aires.
Infinita en el tiempo y
esferas siderales
se guardará esta
historia en antiguos anales.
escritos misteriosos, invisibles,
inciertos...
tu corazón y el mío
serán su lacra y sello.
All rights belong to its author. It was published on e-Stories.org by demand of Maria Teresa Aláez García.
Published on e-Stories.org on 12/15/2007.
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