EL VIEJO TIEMPO
__Autor: JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
Soy tu ayer, alguien que pensó que eras una costumbre
qué desemboca invariablemente en el recuerdo.
Un personaje que puede vivir mucho, y morirse por
conseguir lo qué no es, al principio solo en algunos puntos,
mutando en voz baja cuándo sopla fuerte la corriente lejana,
y arriba de la pequeña ventana frente al acantilado fuera de
aquel extraño mecanismo incrustado en la pared hermética
qué ensarta mariposas en el tierno alfiler prendiendo arañas
húmedas al vidrio en sólo dos ventanas estrechas y profundas.
A lo lejos un reloj tiembla extendiéndose secretamente entre
las manecillas qué luego callaban, y alzaban los minutos
espectadores en gran actividad por la casa, y el cofre labrado
a dónde había descendido no debiendo estar en la hora cero
como un objeto extraño. Sin repetir con arrogancia artera, ni
difundir el odio, el rencor o maldecir la envidia multiplicándose.
Tal vez serás lo inalcanzable del horizonte bajo montañas nevadas
o la amargura qué persiste bajo la sonrisa impura por las fechas
qué se alejan, y se pretende espiar los afanes del eco... Temporal.
Impaciente por llegar el viejo tiempo se ofrecía sostenido con empeño
en la más codiciada memoria luciendo uniforme con una tela imper-
meable... Sordo a las vanidades de la fama en la sombra encantadora.
Pues se descubre, con sorpresa, y reticencia el exceso de consideraciones
encaminadas a minimizar la importancia del fenómeno qué se observa en
todas partes, ante la disponibilidad de las manifestaciones más extremistas
cuándo la admiración salta en el pleno sentido de la inmadurez que sobrevive
de los antiguos valores, como el impulso desconocido, y fundamental en las
tensiones profundas, y relajamientos superficiales, afirmando la angustia de
ser incluído en las realidades esfumadas de la época... Yo cómo el ayer,
sé de la sucesión imprevisible de los altibajos, y de las zonas informales
del ritmo en la composición más ortodoxa, de la abstracción antropomorfa
por la inmediatez irracional, y expontánea.
Así las cosas, estarías muy enfadado metiéndote al futuro hecho una mentira,
ayudando al marcador de fallas pidiendo licencia por exceso de trabajo sin
digerir lo qué todavía puede deshacerse...
Por eso decidí dejar todo en el mañana, y penetrar la historia por hacerse
cómo el polvo de los archiveros en huelga sobre una papeleta blanca, en el
extremo de un agujero puesto de pie con los brazos pegados desmenuzando
la falta de sensibilidad razonable en las esquinas de una flor exhausta que
repara la superficie quebradiza del reflejo en un lago alejado en la paciente
serenidad, y las complicidades telúricas del homenaje perverso en el abandono
amenazante, con el rostro benevolente de las mil máscaras fúnebres de la
belleza atroz, por el descuido del néctar del subterráneo.
All rights belong to its author. It was published on e-Stories.org by demand of Joel Fortunato Reyes Pérez.
Published on e-Stories.org on 04/19/2013.
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